«Visionario». Ésta es sin duda la palabra que mejor podría definir a Paco Rabanne y su obra. La diseñadora, cuya madre huyó de la España franquista a través de los Pirineos con sus cuatro hijos bajo el brazo para instalarse en Bretaña, tuvo la revolucionaria idea de trabajar el metal para confeccionar vestidos ultrapequeños por los que competirían los iconos de los sesenta. Françoise Hardy, Jane Birkin y Audrey Hepburn encabezan la lista.
Con Yves Saint-Laurent, fue también el primero en subir a modelos negras a la pasarela, y se propuso rigurosamente romper los estrechos códigos de la moda. 50 años después se sigue hablando de los anuncios de sus perfumes (¿quién no tiene una opinión sobre las campañas de 1 Million y Lady Million?
Este viernes 3 de febrero, a la edad de 88 años, el hombre al que Coco Chanel había apodado «el metalúrgico de la moda» falleció en su patria adoptiva, en Portsall, Finisterre. Y con este anuncio, toda una industria llora a un artista abiertamente rebelde y provocador, con profecías a veces claramente descabelladas.
«Un modisto es un innovador, alguien que debe sacudir las cosas, que debe aportar nuevas técnicas y formas», dijo en 1976. Misión cumplida.
Fuente : Le Télégramme, Le Monde, Franceinfo
