La 18ª edición del Concurso International Talent Support (ITS), que tiene lugar cada año en Trieste (Italia), se celebró finalmente en la web a finales de octubre. La diseñadora canadiense Olivia Rubens, reina del tejido de punto y de la sostenibilidad, ganó el premio principal junto con 32 finalistas de 16 países.
Un poco menos conocido que el Festival de Hyères, donde el diseñador Tom Van Der Borght ganó el premio del jurado de la 35ª edición, el concurso ITS es también una excelente puerta de entrada para que los jóvenes diseñadores accedan puestos clave en el mundo de la moda. Olivia Rubens, de 28 años, que vino a representar los colores de Canadá, sedujo a un jurado de 24 personalidades, entre las que destacan la diseñadora Chritelle Kocher, el presidente de la Cámara de la moda italiana Carlo Capasa y Renzo Rosso, fundador de la marca Diesel.
Olivia Rubens creció en Ottawa, en la región de Ontario. Graduada de la Universidad de Ryerson en 2015, trabaja en Canadá hasta 2018, y luego se traslada a Londres donde estudia un máster en tecnología de diseño de moda femenina en el London College of Fashion. Actualmente, desde la dirección de la marca de ropa desbordante de creatividad que lleva su nombre, la joven aboga por un fuerte compromiso medioambiental y social. Además de que todos los materiales que utiliza son naturales, biodegradables, certificados o reciclados, también colabora con la cooperativa italiana Manusa. Este fabricante de prendas de punto emplea tanto a mujeres en situaciones difíciles como a refugiados africanos cualificados.
Cuando era adolescente, Olivia Rubens construyó su identidad en torno a un ambiente heavy metal y punk. Ella que lucía prendas rebosantes de color, camisetas vintage con imágenes de grupos musicales o sudaderas con capucha XXL, sin que faltara nunca una buena dosis de delineador de ojos, está sujeta a la mirada de los demás y a menudo se siente intimidada. A través de sus colecciones y su filosofía de marca, Olivia pretende hoy en día hacer que las personas acepten las diferencias y luchen contra la injusticia y los prejuicios. Con sus prendas que evocan a la vez la ropa deportiva, el grunge y el pop, la diseñadora cuestiona al público sobre el lugar de las mujeres en la sociedad, la percepción que dan y el camino sembrado de trampas al que deben enfrentarse a veces.
Pasamontañas de lana rasgados, corpiños de punto o pantalones drapeados y acampanados: estas prendas de aspecto deliberadamente extraño y excéntrico son de alta calidad y su confección entraña muchos tecnicismos. Uno de los últimos proyectos de la diseñadora fue crear un look original con denim procedente de los stocks de invendidos de la marca Diesel. Para este intrincado conjunto, la joven también usó lino, mohair británico teñido con indigo e hilo de denim reciclado para tejer las chaquetas de punto. En su constante búsqueda de desafíos, Olivia Rubens ambiciona ahora crear una marca de ciclismo totalmente trazable, ética y orientada al rendimiento, al tiempo que practica la transparencia sobre su huella de carbono durante el proceso. Una iniciativa ejemplar que espera hacer que se extienda en la industria de la moda y el lujo.
